Eran las 10 de la noche y suena el telefono”Estamos en Junín me dice Aníbal, y de fondo justo se escucha la voz de la gallega del GPS diciendo que se acercan a las vías del ferrocarril y como todos sabemos en Junín de los Andes no hay ferrocarril” ya descubirta la mentira me dicen que están por Gral Acha y que llegaban mas o menos a las 7 del día siguiente, los saludos de rigor y la despedida, cuelgo y le digo a mi esposa”Mañana me levanto a las 5 porque conociendolo a Aníbal nos quieren agarrar durmiendo, dicho y hecho, a la madrugada (4,30hs) me despierto solo,ni sonó la alarma del reloj, me levanté rápido y me puse a preparar Sushi que ya había decidido llevar para la primera noche, no había terminado cuando Kumpa , mi labrador, se puso loco y me pedía salir raspando la puerta, y efectivamente ahí estaban los tres sátrapas: Anibal,Daniel y José (en orden alfabetico para que no se pongan celosos), besos y abrazos, mate de por medio se hicieron las 9 de la mañana y como el tiempo estaba lluvioso decidimos hacer las compras tranquilos y partir para Meliquina con la idea de llegar, almorzar,acomodar todo en la cabaña de Anibal y salir dos horitas a la tarde ahí nomás al lado de la cabaña al río Meliquina(pavada de lugar en donde te construí la cabaña no? Anibal).El río había aumentado su caudal debido a las lluvias de los últimos días y corría fuerte y un poco turbio y si a eso le agregamos la lluvia y el frío no fue difícil convencerlos para que nos fuéramos a la cabaña a tomar unos matecitos y a atar unas moscas. En esto estábamos cuando Anibal dice “me voy a poner a amasar unos panes para hacerlos en la económica”, a todo esto hacíamos planes para el día siguiente “mañana nos vamos temprano a la boca del hermoso” y así fue, comimos el sushi que había llevado, buen vino , café y a la camita.
A la mañana siguiente despues del desayuno nos fuimos a la desembocadura del Hermoso en el lago Meliquina, nos separamos y unos se quedaron en la desembocadura del arroyo Pichi Liú y otros fuimos a la desembocadura del Hermoso incluyéndome, llegamos, vimos como corría y ya me di cuenta que no lo podríamos vadear así que nos metimos sólo hasta las rodillas a pescar la desembocadura que aparte de eso está llena de troncos, ramas, ramitas y no se que más sumergido y enganchas todos los tiros, no hicimos ni 5 casteos cuando vemos al otro grupete haciendo alboroto y a Anibal con la caña en alto”Tony ya tiene la primera” me dice José así que levantamos y nos fuimos para allá, cuando llegamos estaban Daniel y Nahuel(mi hijo) que tenían las cámaras en plena sesiòn de fotografía, lo que aprovechamos como buenos pescadores deportivos para sacarle el lugar y pescar nosotros(o por lo menos no dejarlos pescar a ellos,se entiende no?) al rato clava una José, al ratito clavé yo, clavó Daniel ,clavó Nahuel , en definitiva nos hicimos un festín de piques como documentan las siguientes fotos,aparte dejó de llover y calmó el viento Que mas podíamos pretender?
Llegamos tarde a comer a la cabaña ya habìamos descartado salir a la tardecita así que directamente hicimos una merienda bien reforzada (pero bien bien reforzada) y cada uno a sus quehaceres, algunos a preparar la cena y otros los equipos para el día siguiente que íbamos al “FILO”(lo escribo así porque a este grupo el Filo Hua Hum siempre lo recompensa) y asì fue, al día siguiente tras desayunar partimos hacia allá, la primera parada fue en el arroyo que desemboca en el camping, que a esta altura de la temporada todavía tira agua.Armó solamente Anibal (todavía no logramos armar antes que él) y al tercer o cuarto tiro clavó una linda arco iris, que hasta el momento eran las únicas que tomaban nuestas moscas.Cuando logramos entre tres sacarle la caña a Anibal nos fuimos para la camioneta lo subimos de prepo y nos fuimos para el fondo, a todo esto ya era casi el mediodía, buscamos una sombrita porque el día prometía caluroso y cumpliò.Despues de dar cuenta del Pollo relleno que hizo Daniel ,que todavía no entiendo cual es la diferencia con el pollo “doblado” que hace Anibal (si alguien que lee esta nota veranea en San Bernardo, costa atlántica, no pude perderse pasar por la carnicería “