En una escala de pH de 0 a 14, un valor de 0 es el más ácido, y 14 el más básico. Un cambio de pH 7 a pH 8 en un lago o arroyo. La lluvia tiene generalmente un valor de pH de entre 5 y 6.5. Es ácida debido a que tiene disuelto dióxido de carbono y contaminantes de aire, tales como dióxido de azufre y óxidos de nitrógeno. Si el agua de lluvia fluye sobre suelo que contiene minerales, su pH usualmente aumenta. Los iones bicarbonato, HCO–322–HCO Como resultado, los arroyos y lagos son usualmente básicos, con valores de pH de entre 7 y 8, en algunas ocasiones tan altos como 8.5. La medida de pH de un cuerpo de agua es bien importante como una indicación de la calidad del agua, debido a la sensibilidad de los organismos acuáticos al pH de su ambiente. Cambios pequeños en pH pueden poner en peligro a muchos tipos de plantas y animales; por ejemplo, la trucha y varios tipos de ninfas pueden solamente sobrevivir en aguas con valores de pH de entre 7 y 9. Si el pH de las aguas en que viven se encuentra fuera de este rango, podrían no sobrevivir o reproducirse. Tabla 1: Efectos de los niveles de pH en la vida acuática pH Efecto 3.0 – 3.5 Poco probable que los peces sobrevivan por más de unas pocas horas en este rango, aunque se pueden encontrar algunas plantas e invertebrados a niveles de pH tan bajos como éstos. 3.5 – 4.0 Se conoce que es letal para los salmónidos. 4.0 – 4.5 Ausentes todos los peces, muchas ranas e insectos. 4.5 – 5.0 Muchos insectos ausentes. La mayoría de los huevos de peces no madurarán. 5.0 – 5.5 Bacterias que viven en el fondo de los cuerpos de agua (decomponedores) comienzan a morir. Desechos de hojas y detritus se empiezan a acumular, encerrando nutrientes esenciales e interrumpiendo los ciclos químicos. El plankton empieza a desaparecer. Caracoles y almejas ausentes. Alfombras de hongos comienzan a reemplazar a las bacterias en el sustrato. Metales (aluminio, plomo) normalmente atrapados en sedimentos se liberan a agua acidificada en formas tóxicas para la vida acuática. 6.0 – 6.5 Camarones de agua dulce ausentes. Poco probable que sea directamente dañino a los peces a menos que el nivel de dióxido de carbono libre sea alto (en exceso de 100 mg/L) 6.5 – 8.2 Óptimo para la mayor parte de los organismos. 8.2 – 9.0 Poco probable que sea dañino a los peces, pero ocurren efectos indirectos a este nivel debido a cambios químicos en el agua. 9.0 – 10.5 Probable que sea dañino a los salmónidos y a la percha si presente por períodos prolongados. 10.5 – 11.0 Rápidamente letal para los to salmónidos. Exposición prolongada es letal a la carpa y a la perca. 11.0 – 11.5 Rápidamente letal para todas las especies de peces. Esto ocurre en condiciones normales, es importante saber como afectan este tipo de cenizas que han caído sobre nuestros lagos y ríos y de que manera modifican el PH del ambiente. que tipo de composición tiene la ceniza caída? Lo que se puede encontrar son trabajos preliminares de INVAP y del Centro Atómico,http://organismos.chubut.gov.ar/ambi...ue1.-INVAP.pdf quienes expresan que la composición de la arenilla caída es en su mayoría sílice, osea piedra pomes, con concentraciones bajas de sustancias perjudiciales para la salud y los organismos que entren en contacto con ella. con datos de PH de 5.2, con lo cual el nivel de PH del agua podría descender de 7 u 8 a 6, considerando que la cantidad de masa de agua con respecto a la cantidad de ceniza caída es considerablemente menor y que se produciría una disolución importante con lo cual el PH NO CREO ( y esto es una observación personal) baje por debajo de 6. Conclusión. no creo que la ceniza, por su composición, afecte demasiado a la vida de las truchas, si es probable que afecte al los organismos bentónicos (insectos) y probablemente afecte parte del desove o disminuya la efectividad de este.
lunes, 26 de septiembre de 2011
Problemática del PH sobre los salmónidos por la caída de cenizas
Nota bajada del foro pesca y devolución sobre la incidencia de las cenizas en el comportamiento de los peces.
domingo, 4 de septiembre de 2011
Efectos de las cenizas segunda parte
Aquí subimos la segunda parte del relevamiento hecho por Mariano Srur sobre los efectos de las cenizas emanadas por el volcán Puyehue.
El día 10 de agosto de 2011 aprovechando un viaje a Chile desde Bariloche, obtuve una serie de fotos que agrego a continuación con una breve descripción. Previo y durante estos días se sucedieron nevadas y lluvias que aportaron gran cantidad de agua a la cuenca, enturbiando varios cursos de agua.
La cuenca del río Limay Medio se abastece de dos afluentes principales, de ellos el Collón Curá es el mayor ya que el Limay Superior sólo aporta aproximadamente el 34% al caudal total según datos de AIC.
La primera imagen corresponde al río Limay Superior en el acceso de pesca de Rincón Chico. Se aprecia que el agua que proviene del lago Nahuel Huapi continúa bastante transparente, como pude observar durante el primer relevamiento. Se ve el fondo libre de cenizas salvo una pequeña franja muy cerca de la costa.
En la segunda foto podemos ver el arroyo Corral, que se encuentra apenas pasando el Anfiteatro en dirección al Collón Curá, arrastrando una gran cantidad de barro y cenizas, lo cual comienza a enturbiar al Limay Superior, receptor de sus aguas.
En la tercera imagen el río Limay Superior perdió su transparencia
El arroyo Carbón también hace su aporte de sedimentos al Limay.
Cerca de La Lipela el Limay continúa enturbiándose.
En el embalse de Alicurá se nota claramente como la corriente proveniente del río Limay Superior hace ingresar al lago una gran cantidad de sedimentos de color marrón, que contrastan con el color turquesa que había adquirido el agua a partir de la erupción del volcán.
Jaula de peces rodeada por cenizas flotantes, que todavía se mantienen dentro del embalse pero que continuarán acercándose al dique.
A la altura de la antigua villa temporal del lago Alicurá se puede apreciar que la ceniza y piedra pómez observadas en el relevamiento anterior han desaparecido. Consulté con la guardia de Gendarmería sobre la represa y me comentaron que el grueso del material flotante pasó por el vertedero alrededor de un mes luego de ocurrida la erupción. También que no se registró mortandad de peces que hubieran sido fáciles de ver acumulados sobre la costa.
En esta imagen se ven los lagos de Alicurá y Piedra del Aguila, comprobándose que no hay material volcánico flotando en ninguno de los dos.
Nuevamente sobre el puente que cruza el lago de Piedra del Aguila, donde comprobamos que no han cambiado las condiciones de semi-transparencia de las aguas.
En la represa de Piedra del Aguila se observan pocos cambios, el Limay fluye con un grado alto de transparencia, tal vez mayor al de la vez anterior. Sobre el lago artificial vemos que las cenizas y piedra pómez no se acercaron a la represa.
Retomando el recorrido hacia Junín de los Andes por la ruta 40, vemos el río Caleufu desembocar en el embalse de Piedra del Aguila con un grado importante de turbidez, producto del arrastre de sedimentos provocado por lluvias y nevadas.
La siguiente toma es en la desembocadura del río Collón Curá en el embalse de Piedra del Aguila, donde se aprecia la bajante del mismo. También se alcanza a ver al Collón enturbiado.
Sobre el puente de La Rinconada, casi llegando a Junín de los Andes, el Collón Curá también baja turbio.
El río Chimehuin a la altura de Junín de los Andes estaba casi transparente ese día. Supongo que aumentaría el arrastre de sedimentos a medida que se aproximaba a su desembocadura en el Collón Curá.
Por último el río Malleo bajando turbio a la altura del puente de la ruta 23, previo al desvío hacia el paso Mamuil Malal. Esta zona no ha sido severamente afectada por la caída de cenizas por lo que el agua arrastra sedimentos como normalmente lo hace en épocas de crecida.
A modo de conclusión puedo decir que se produce el aumento de caudal propio de esta época, lo cual promoverá la rápida circulación del agua por la cuenca, ayudando a la depuración de la misma.
Tampoco observé en esta ocasión truchas muertas, queda pendiente para más adelante un relevamiento embarcado por algunos de estos ríos, pero es alentador lo informado por el personal de Gendarmería sobre la no visualización de truchas muertas en Alicurá.
jueves, 4 de agosto de 2011
Efectos de las cenizas
Levantamos esta nota de un relevamiento hecho hace unos días por Mariano Srur de www.guiasmosqueros.com.ar quien nos autorizó a publicarla en nuestro blog. Gracias Mariano por la gentileza, está bueno informar para evitar la incertidumbre de los pescadores en cuanto a los efectos de las cenizas para este inicio de temporada.
Las cenizas en la cuenca del río Limay y sus posibles efectos sobre la pesca
La erupción del volcán Puyehue afectó amplios sectores de las provincias de Río Negro y Neuquén. Desde el punto de vista del pescador recorrí durante el sábado 23 de julio el río Limay y su zona de influencia, tratando de averiguar qué efectos tuvo sobre las aguas en las que habitualmente pescamos. Primero quiero detallarles cada una de las fotografías tomadas y luego haré una conclusión en base a mis observaciones.
El primer sitio relevado es el río Limay Superior a la altura de Rincón Chico, a 28 km del centro de Bariloche. En la foto (1) (lat.: 40°59’12.00″S / long: 71° 5’32.08″O) se puede apreciar que el agua es bastante transparente y no hay cenizas depositadas en el fondo rocoso, salvo una pequeña franja cerca de la costa. Sobre la costa sí hay una capa de unos 3 cm de espesor, que al aumentar el caudal la corriente barre. Una muy buena noticia es que encontré debajo de rocas sumergidas insectos tipo caddis y mayflies, que pasan gran parte de su vida debajo del agua y son una importante fuente de alimento para las truchas, lo que quiere decir que no han sido eliminadas por la gran cantidad de cenizas que arrastró el agua durante los primeros días de la erupción.
El segundo sitio es también el Limay Superior, cerca del paraje La Lipela, a 49 km del Centro Cívico. En esta imagen (2) (lat.: 40°49’24.11″S / long: 71° 6’6.27″O) se ve un cambio en la tonalidad del agua, que adquiere un color verdoso y pierde transparencia debido a la lluvia caída durante ese día y los previos, que hizo crecer a los arroyos Corral y Carbón, arrastrando una cantidad considerable de ceniza hacia el Limay.
El tercer punto relevado es el Embalse de Alicurá (3) (lat.: 40°34’27.17″S / long: 70°47’29.46″O), donde se pueden ver grandes extensiones de piedra pómez y cenizas flotantes. La fotografía es sobre la ruta 40 (ex 237) a la altura de la villa temporal donde vivía la gente que construía la represa. Aquí el agua tiene un color similar al de la foto anterior del Limay. Se aprecia claramente la movilidad que tiene el agua ya que las cenizas avanzaron grandes extensiones y en algún momento continuarán hacia el embalse de Piedra del Águila.
El cuarto lugar es el Embalse de Piedra del Águila (lat.: 40°26’13.18″S / long: 70°39’7.74″O), en la zona del puente de la ruta 40. Aquí el agua tiene menos material en suspensión, siendo transparente aunque no a su nivel normal. Esto denota que los ríos Collón Curá y Caleufu no están aportando cantidades significativas de cenizas. El día que tomé la foto había una temperatura muy agradable, como para estar sin abrigo, y se veía una actividad importante de truchas alimentándose en la superficie.
La quinta foto (lat.: 40°10’35.14″S / long: 69°59’31.71″O) corresponde a la zona del dique de Piedra del Águila, el cual forma el embalse de la foto anterior. Aquí no se ven acumulaciones de cenizas sobre el lago artificial, y aunque el agua no tiene la transparencia habitual, no está tan afectada como ocurre en Alicurá. Aquí nace el río Limay Medio, donde se puede apreciar la fisonomía del fondo cerca de la costa.
La última foto (6) (lat.: 40° 0’21.91″S / long.: 69°59’6.94″O) muestra el río Limay Medio a la altura del puente de Pichi Picún Leufú, a unos 29 km de la foto anterior siguiendo el cauce del Limay. Aquí el agua está semi transparente ya que el embalse de Pichi Picún Leufú tiene cenizas en suspensión, pero que solo llegan a cambiar el color del agua sin enturbiarla.
Luego de estas observaciones tengo optimismo con respecto a la pesca durante la próxima temporada 2011/2012. El grado de transparencia de la primera parte del Limay permite suponer que las cenizas son rápidamente llevadas aguas abajo por la corriente, por lo que no se acumularán indefinidamente en la cuenca. Asimismo el gran aporte de agua del río Collón Curá, más importante en su volumen que el del Limay Superior, ayudará a la renovación y recirculación del agua de la cuenca.
La presencia de insectos acuáticos que representan una importante fuente de alimentos para los peces, indica que los mismos no fueron eliminados por la gran cantidad de cenizas que circuló en los ríos.
Es probable que se hayan perdido camas de desove de truchas marrones durante los días con mayor cantidad de cenizas, pero esto se sabrá a futuro si es que no se producen capturas de peces que deberían haber nacido en estos meses. También es posible que haya habido mortandad de peces durante los primeros días. Es un fenómeno que ocurre habitualmente en la naturaleza, especialmente durante las crecidas repentinas de los cursos de agua, como sucedió en el Pichi Leufu hace sólo unos meses. Esto hace que los peces que mueren dejan su espacio disponible para otros peces, continuando con el ciclo natural de la vida.
El efecto de las cenizas en las branquias de los peces, sobre lo cual se han dado pronósticos sombríos, no debería ocasionar problemas según mi opinión, ya que en cuencas con gran cantidad de finas partículas en suspensión que no decantan, como la del río Santa Cruz, existe una buena población de truchas que sobrevive sin problemas. Además la caída de cenizas en la zona de Esquel, producto de la erupción del volcán Chaitén, no tuvo efectos catastróficos sobre la población de peces. Solo el tiempo lo confirmará pero espero no equivocarme.
Por Mariano Srur- Guía mosquero
www.guiasmosqueros.com.ar
Las cenizas en la cuenca del río Limay y sus posibles efectos sobre la pesca
La erupción del volcán Puyehue afectó amplios sectores de las provincias de Río Negro y Neuquén. Desde el punto de vista del pescador recorrí durante el sábado 23 de julio el río Limay y su zona de influencia, tratando de averiguar qué efectos tuvo sobre las aguas en las que habitualmente pescamos. Primero quiero detallarles cada una de las fotografías tomadas y luego haré una conclusión en base a mis observaciones.
El primer sitio relevado es el río Limay Superior a la altura de Rincón Chico, a 28 km del centro de Bariloche. En la foto (1) (lat.: 40°59’12.00″S / long: 71° 5’32.08″O) se puede apreciar que el agua es bastante transparente y no hay cenizas depositadas en el fondo rocoso, salvo una pequeña franja cerca de la costa. Sobre la costa sí hay una capa de unos 3 cm de espesor, que al aumentar el caudal la corriente barre. Una muy buena noticia es que encontré debajo de rocas sumergidas insectos tipo caddis y mayflies, que pasan gran parte de su vida debajo del agua y son una importante fuente de alimento para las truchas, lo que quiere decir que no han sido eliminadas por la gran cantidad de cenizas que arrastró el agua durante los primeros días de la erupción.
El segundo sitio es también el Limay Superior, cerca del paraje La Lipela, a 49 km del Centro Cívico. En esta imagen (2) (lat.: 40°49’24.11″S / long: 71° 6’6.27″O) se ve un cambio en la tonalidad del agua, que adquiere un color verdoso y pierde transparencia debido a la lluvia caída durante ese día y los previos, que hizo crecer a los arroyos Corral y Carbón, arrastrando una cantidad considerable de ceniza hacia el Limay.
El tercer punto relevado es el Embalse de Alicurá (3) (lat.: 40°34’27.17″S / long: 70°47’29.46″O), donde se pueden ver grandes extensiones de piedra pómez y cenizas flotantes. La fotografía es sobre la ruta 40 (ex 237) a la altura de la villa temporal donde vivía la gente que construía la represa. Aquí el agua tiene un color similar al de la foto anterior del Limay. Se aprecia claramente la movilidad que tiene el agua ya que las cenizas avanzaron grandes extensiones y en algún momento continuarán hacia el embalse de Piedra del Águila.
El cuarto lugar es el Embalse de Piedra del Águila (lat.: 40°26’13.18″S / long: 70°39’7.74″O), en la zona del puente de la ruta 40. Aquí el agua tiene menos material en suspensión, siendo transparente aunque no a su nivel normal. Esto denota que los ríos Collón Curá y Caleufu no están aportando cantidades significativas de cenizas. El día que tomé la foto había una temperatura muy agradable, como para estar sin abrigo, y se veía una actividad importante de truchas alimentándose en la superficie.
La quinta foto (lat.: 40°10’35.14″S / long: 69°59’31.71″O) corresponde a la zona del dique de Piedra del Águila, el cual forma el embalse de la foto anterior. Aquí no se ven acumulaciones de cenizas sobre el lago artificial, y aunque el agua no tiene la transparencia habitual, no está tan afectada como ocurre en Alicurá. Aquí nace el río Limay Medio, donde se puede apreciar la fisonomía del fondo cerca de la costa.
La última foto (6) (lat.: 40° 0’21.91″S / long.: 69°59’6.94″O) muestra el río Limay Medio a la altura del puente de Pichi Picún Leufú, a unos 29 km de la foto anterior siguiendo el cauce del Limay. Aquí el agua está semi transparente ya que el embalse de Pichi Picún Leufú tiene cenizas en suspensión, pero que solo llegan a cambiar el color del agua sin enturbiarla.
Luego de estas observaciones tengo optimismo con respecto a la pesca durante la próxima temporada 2011/2012. El grado de transparencia de la primera parte del Limay permite suponer que las cenizas son rápidamente llevadas aguas abajo por la corriente, por lo que no se acumularán indefinidamente en la cuenca. Asimismo el gran aporte de agua del río Collón Curá, más importante en su volumen que el del Limay Superior, ayudará a la renovación y recirculación del agua de la cuenca.
La presencia de insectos acuáticos que representan una importante fuente de alimentos para los peces, indica que los mismos no fueron eliminados por la gran cantidad de cenizas que circuló en los ríos.
Es probable que se hayan perdido camas de desove de truchas marrones durante los días con mayor cantidad de cenizas, pero esto se sabrá a futuro si es que no se producen capturas de peces que deberían haber nacido en estos meses. También es posible que haya habido mortandad de peces durante los primeros días. Es un fenómeno que ocurre habitualmente en la naturaleza, especialmente durante las crecidas repentinas de los cursos de agua, como sucedió en el Pichi Leufu hace sólo unos meses. Esto hace que los peces que mueren dejan su espacio disponible para otros peces, continuando con el ciclo natural de la vida.
El efecto de las cenizas en las branquias de los peces, sobre lo cual se han dado pronósticos sombríos, no debería ocasionar problemas según mi opinión, ya que en cuencas con gran cantidad de finas partículas en suspensión que no decantan, como la del río Santa Cruz, existe una buena población de truchas que sobrevive sin problemas. Además la caída de cenizas en la zona de Esquel, producto de la erupción del volcán Chaitén, no tuvo efectos catastróficos sobre la población de peces. Solo el tiempo lo confirmará pero espero no equivocarme.
Por Mariano Srur- Guía mosquero
www.guiasmosqueros.com.ar
Suscribirse a:
Entradas (Atom)