viernes, 19 de febrero de 2010

Una salida de clases y pesca

En casa sonó en teléfono y era Claudio, un vecino de Meliquina que me había recomendado Hernán, dueño de El Panal de Meliquina, para que le diera unas clases de casteo e hiciéramos una salidita de pesca. Le indiqué cómo llegar a casa y en 20 minutos ya nos habíamos reunido, me mostró el equipo que le habían regalado y me comentó que tenía muy poca experiencia en el tema del flycast. Arreglamos para salir al otro día y encontrarnos en su casa en Meliquina a eso de las 8:30, y así fue. A la mañana siguiente llegamos a su casa y tras los saludos de rigor emprendimos viaje, condicionados por el fuerte viento, hacia el fondo del Filo Hua Hum ya que ahí tendríamos viento de atrás. Cuando llegamos ( Claudio, Nahuel y Yo ) armamos los equipos y empezamos con las clases, Claudio tenía algo de conocimiento sobre casteo pero como todo principiante cometía algunos errores que con el transcurso de la mañana y poniendo mucho empeño fue corrigiendo y hasta aprendió como hacer el Double Haul y realmente logró presentar bien la mosca y de a poquito lograr distancia.
A todo esto Nahuel a unos 80 metros nuestro, contra los juncos, al segundo tiro había clavado una trucha, nos avisó y dejamos los equipos y corrimos para allá, antes de llegar vimos el salto de una marrón que quería refugiarse en los juncos, Nahuel le ofreció a Claudio la caña para que tuviera su primera sensación con una trucha, Claudio aceptó y después de un ratito de combate la tenía entre sus manos.Seguimos con las clases y nos sorprendió el medio día, hicimos un break para comer unas empanadas y siempre charlando del tema predominante, la pesca, seguimos un rato más con las clases y cómo la tarde se presentaba muy ventosa y con llovisna decidimos dar por terminada la jornada y regresar a Meliquina. A esta altura Claudio, más que cliente era un amigo, reconocía sus avances y sobre todo reconocía los errores que había cometido pero ya entendía cómo corregirlos. Al otro día retornaba a Buenos Aires, pero como regresaba más o menos en 20 días ya arreglamos para hacer alguna salida, esta vez a algún río para probar sus conocimientos adquiridos, ahora sí con el agua a las rodillas.
Acá van unas fotos de Claudio a modo de premio a su perseverancia y atención a las indicaciones que le dí.



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